Una detective con un linaje secreto. Un cazador de incógnito con un alma a prueba de balas. Y un mundo hecho para pagar por los pecados de un ángel...
La detective de homicidios Alexandra Jarvis no le rinde cuentas a nadie. Especialmente no al nuevo compañero que le ha sido asignado a mitad del espantoso caso de un asesino en serie; un compañero obstructor, irritantemente magnético y condenadamente arrogante.
Aramael es un Potestad, un cazador de ángeles caídos. Hace un milenio, sentenció a su propio hermano al exilio eterno por sus crímenes contra la humanidad. Ahora su hermano ha regresado, causando una devastación homicida en el reino mortal. Para encontrarlo, Aramael deberá estar a las órdenes de una oficial de policía humana que no quiere tener nada que ver con él y cuya línea de sangre pone en peligro tanto a su misión como a su mismísima alma.
Ahora, debiendo enfrentarse a un ángel caído determinado a desencadenar el Apocalipsis, Alex y Aramael no tienen más remedio que unir sus fuerzas, porque sólo así podrán detener el fin de los días.